El 1° de mayo se conmemora en todo el mundo el “Día Internacional del Trabajador” en homenaje a los llamados Mártires de Chicago, grupo de sindicalistas anarquistas que fueron ejecutados en 1886.
Ese mismo año, las organizaciones de los trabajadores, lograron que el sector empresarial cediese ante la presión de las huelgas por todo el país.

Los trabajadores sólo pedían una reducción de jornada laboral a 8 horas y no 12 a 16 horas de trabajo. La protesta, llevada a cabo inicialmente por 80.000 trabajadores, pronto desembocó en una poderosa huelga nacional que afectó a numerosas fábricas de los Estados Unidos. La fuerza demostrada por los obreros en su reclamo marcó un antes y después en la historia de todos los trabajadores, instaurándose aquella fecha como el «Día del Trabajador«.
Los empleadores se negaban a los cambios en políticas laborales, generando una ola de movilizaciones y huelgas simultáneas, iniciando revoluciones anarquistas, enfrentamientos con la policía y disparos hacia los manifestantes. En ese periodo fue cuando una bomba estalló contra las fuerzas policiales y que inició un juicio a 31 obreros acusados de haber sido los promotores del conflicto.
Todos fueron condenados, dos de ellos a cadena perpetua, uno a 15 años de trabajos forzados y cinco a la muerte en la horca. La culpabilidad de los condenados nunca fue probada.
En la actualidad, muchos países rememoran el 1º de mayo como el origen del movimiento obrero moderno.
